Cada 20 de septiembre en la República Argentina se celebra el día del jubilado, también conocido como trabajador pasivo. El origen de esta celebración se remonta al 20 de septiembre de 1904, cuando se sancionó la primera ley de jubilación durante la presidencia de Julio Argentino Roca, creándose la Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones Civiles que inicialmente sólo beneficiaba a los trabajadores del Estado.
Este fue el inicio para el sistema contributivo argentino con el que cada trabajador cedía un porcentaje de su salario para cuando llegara el momento de su retiro. Con el paso del tiempo este importante beneficio se extendió otras actividades y gremios.
En 1954, se pasó de un sistema de capitalización individual a uno de reparto, que funcionó hasta 1994, cuando nació el Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones. De esta manera, las empresas privadas podían gestionar los fondos provenientes del aporte individual de los trabajadores, finalizando la misma en el año 2008 cuando se promulgó la Ley N° 26425 en favor de un sistema previsional público y obligatorio que funciona hasta nuestros días.