El Día de la Educación Técnica en Argentina tiene sus raíces en un proceso histórico que se remonta al siglo XIX. En esa época, la necesidad de formar profesionales especializados en diversos oficios y actividades industriales comenzó a tomar relevancia con la aparición de los primeros establecimientos educativos orientados a la enseñanza técnica.
A lo largo del tiempo, la educación técnica experimentó un crecimiento y una evolución significativos. En el transcurso del siglo XX, se establecieron diferentes iniciativas y políticas educativas destinadas a fortalecer y estructurar esta modalidad educativa en Argentina.
El hito más notable en la historia de la Educación Técnica en Argentina se produjo el 15 de noviembre de 1959, con la creación del Consejo Nacional de Educación Técnica (CONET). Este organismo, conformado por representantes del Estado, trabajadores y cámaras empresariales, se estableció con el propósito de unificar y supervisar las escuelas técnicas industriales y los centros de formación profesional en el país.
Desde su creación, el CONET y, más tarde, la transformación en el Consejo de Educación Técnico-Profesional (CONETyP), han desempeñado un papel fundamental en la consolidación y el fortalecimiento de la Educación Técnica en Argentina. Trabajando siempre para establecer estándares educativos, actualizar currículos, fomentar la capacitación docente y adaptar los programas de estudio a las demandas cambiantes de la industria y el mercado laboral.
En la actualidad, la Educación Técnica ha cobrado una relevancia estratégica en el desarrollo socioeconómico del país. Se ha convertido en un pilar fundamental para la formación de profesionales altamente capacitados en distintas áreas técnicas, contribuyendo al crecimiento de la industria, la innovación tecnológica y la reactivación de las PYMES (Pequeñas y Medianas Empresas) en Argentina.
El reconocimiento del 15 de noviembre como el Día de la Educación Técnica en nuestro país conmemora este proceso histórico y reconoce la importancia de esta modalidad educativa en la formación de profesionales calificados, así como a todos aquellos actores involucrados en su promoción, fortalecimiento y contribución al desarrollo del país.
La AMET extiende su reconocimiento a aquellos que, directa o indirectamente, contribuyen a la consolidación de un sistema educativo técnico de calidad. Su compromiso y dedicación son fundamentales para garantizar un futuro prometedor, impulsando la formación de profesionales capacitados y la mejora constante de la educación técnica en el país.